Por Ceci Torres
Al parecer este tema es muy común, ya que lo he leído en
artículos de revistas sobre bebés, blogs de mamás y he escuchado a varias
personas cercanas que lo comentan.
Según un artículo que leí, la “mamitis” (aunque en algunos
casos es “papitis”) es la ansiedad que muestra el niño en cierta etapa al verse
separado de la persona de referencia que le da seguridad.
Se trata de una fase
normal del desarrollo que suele alcanzar su punto álgido rondando los 18 meses
y va disminuyendo gradualmente con la madurez del niño, la cual suele
desaparecer hacia los 3 años.
En mi caso, haciendo memoria de los escasos tres añitos que
Diego tiene, mamitis no, creo que jamás lo ha tenido, pero sí hubo un momento
en que tuvo "papitis".
Veía a Jorge y era una expresión de magia en sus ojos, era
como si su persona favorita del mundo mundial apareciera y le hiciera la vida
sumamente feliz.
Honestamente nunca lo aludí a la separación de la persona que
le daba o da seguridad, no sé si porque desconocía a fondo el tema, o porque tal
vez en mi mente podía ser un tanto negativo, o porque en realidad no era "papitis", sino solo amor a su primer héroe en la vida y yo como lo quise ver es
que la imagen que Diego tiene de papá es maravillosa y que su papá es su héroe
y la vinculación y el amor que se tienen me parece único.
Con el tiempo ha sido un poco menos efusivo el trato a papá,
pero no por ello me parece que sea menos importante, también es real que los niños pasan por varias etapas y que hoy
uno puede ser su persona favorita y mañana es completamente distinta.
Pero regresando un poco al tema de la "mamitis" y pensando un
poco en la parte de seguridad me parece desde mi punto de vista que podemos
retomar algunos consejos con Diego nos han funcionado en varios aspectos:
- Darles mucho mucho amor, confort y comprensión continuamente
para hacerlos sentir seguros. Se dice sumamente fácil, pero no siempre lo es. Creo que con paciencia podemos comenzar, darnos un respiro para ofrecerles
esa seguridad, vale toda la pena.
- Ofrecerles un rato de independencia, dejarlos que
ellos decidan y hagan sus cosas sin que sientan que los abandonamos, es decir
estar ahí, pero que ellos sean los que tomen esa decisión y vean que son
capaces sin que dejes de tener presencia.
- Hablar siempre con ellos, si te vas despídete y dile que vas
a regresar, explicarles las actividades y siempre recordarles que sí vamos a
regresar.
- Intentar dejarlos con gente que conocen y se sienten
tranquilos, es decir si lo dejas en la guardería y lleva dos semanas llorando,
detente a escuchar un poco el llanto de tu niñ@. Tal vez hay algo importante
que trata de decirte o tal vez necesite un poco más de tiempo y comunicación
para sentirse más seguro.
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