Por Lizeth Hernández*
Las visitas terminaron y todo
comenzaba a convertirse en una rutina de pretextos para no bañarme, no
arreglarme, no estar feliz, pero ¿Cómo era posible no estar en una completa
dicha, si acababa de ser mamá?
Creo que justo el ser mamá me hacía sentir aún
más inútil, a pesar del gran trabajo que implica. Alguna vez pensé que el
postparto era una exageración, pero ahora entiendo que solo en compañía de un
cómplice de vida es que puedes salir a flote y sobre todo no perder la relación
de pareja, esa que no hacía tanto estaba llena de besos, amor, detalles,
palabras lindas, cenas, idas al cine y a bailar.
En lo personal me costó entender
que no estaba en una competencia para ser la mejor mamá del mundo, tal era mi estrés que todo lo quería hacer a la perfección, situación que sumada con el
cansancio de no dormir, el dolor de mis pezones por la lactancia y el no saber
aún qué tenía Sofi al llorar me llevaban a la locura absoluta y lo peor, entré
en un cubo con paredes cerradas al cual no invité a Luis Enrique, pero que él
con todo el amor y paciencia me ayudó a irle quitando los candados.
Me resulta vital platicarles que
este fue un proceso con curvas en el que por supuesto hubieron días tensos,
peleas, muchas lágrimas de mi parte, las cuales hoy sé, solo fueron el resultado
de un estado que no me pertenecía, pero si del que me apropié.
Finalmente y después de 6 meses
de platicar mucho, de desesperarnos uno con el otro, un día una de mis mejores
amigas me recomendó leer Bert
Hellinger, en lo personal me ha funcionado porque para mi es un autor que me ha
permitido recapitular la historia de amor que comenzamos Luis y yo.
Comprendí
que no tengo la razón absoluta, comprendimos que esta nueva vida que formamos
se logró como resultado del enorme amor que nos tenemos, que ahora nuestras
fuerzas se unen para que Sofi esté llena de amor y de nosotros y que además
el amor de familia y pareja lo aprenderá a partir de nuestro ejemplo.
Por último me gustaría platicarles lo que a Luis y a mí nos
ha funcionado como parte de nuestra nueva rutina de amor:
- Tratar de salir solos por un café, a veces Luis me sorprende viniendo por mí al trabajo, ir a alguna reunión como pareja
- Decirnos te amo por lo menos una vez al día
- No dormir enojados
- Platicar todo lo que nos molesta evitando el tono de reclamo
- Crear nuestras propias reglas de amor y códigos de complicidad que solo Luis y yo sabemos
- Dedicarnos días o momentos individuales
- Hacer algo diario que haga sentir bien a tu pareja
- Tratar de no olvidar como comenzó nuestra historia de amor
- Llamarnos solo para preguntar cómo estamos
- Abrazarnos fuerte
- Ver una serie juntos por la noche
- Tener tareas específicas
- No tratar de cambiar a nuestra pareja, finalmente nos enamoramos de quién es no de quien queríamos que fuera
- Tomar las decisiones juntos
*Soy comunicóloga, mamá de Sofi desde hace un año. Me dedico a la producción de TV y a las Relaciones Públicas. Hace poco descubrí mi gusto por la repostería, actividad que me relaja.
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