Por Sonia Soto Maya
Es típico que cuando platico sobre que mi empleo, y
por supuesto mi jefe, me permiten realizar mi trabajo desde casa, se piense que
es la situación más maravillosa y que todos desearían estar en una situación
así.
Como todo en la vida esta situación tiene luces y
sombras. Mentiría si dijera que esta situación no me ha traído muchas
bendiciones, la más importante es estar cerca de mi hija y hacer cosas tan
comunes y mágicas como llevarla e irla a traer del colegio o vestirla para festejar
el Día de Muertos y ver esa ilusión que tiene por asistir. Cosas que tal vez a
muchas mujeres les parecen totalmente normales, pero para mí, por primera vez
en esta situación laboral, son invaluables.
Pese a todo ello, el home office no es tan sencillo como se cree. Desde mi experiencia,
y así es como lo describo, tienes que pasar de un rol a otro, a veces sin tener
cinco minutos para cambiarte el chip, lo que hace que quisieras que el día
tuviera 24 horas más, aunque tal vez no las aguantarías.
Al principio en mi casa a todos les parecía fuera
de lo común que estuviera sentada ahí, pero sobre todo que estuviera
trabajando, incluso mi hija se me acercaba y me decía que qué hacía.
Mi mamá se ponía a platicar conmigo, por supuesto,
todos ellos vivieron la novedad que después de siete años ya no tenía que salir
todos los días a la oficina.
Poco a poco comenzaron a darse cuenta que así era
mi trabajo, comenzaban a salirse de la sala donde tengo la computadora y se
iban a otro cuarto para poder conversar a gusto; en el caso de mi hija, los
días que está por la mañana todavía se acerca a pedirme que si el agua, que si
leche, ella sólo tiene cuatro años y le es más difícil entender la situación.
Después de casi un año de trabajar de esta manera
considero que el home office requiere de mucha autodisciplina, e incluso
platicando con especialistas laborales, me doy cuenta que no es para todos, ¿lo
es para mí? Todavía considero que estoy en el proceso de organizarme más.
Los especialistas consideran que si realizas home
office debes seguir la misma rutina que si fueras a una oficina, levantarte y
arreglarte para ello.
En el caso de las mamás es un excelente consejo,
porque a las 10 de la noche descubriste que no te dio tiempo ni para cambiarte
la pijama y estás echa una facha, lo cual podría incluso hasta alejarte de tu
pareja, imagina encontrar diario a una mujer que podrían llamar fodonga.
Sin embargo, nadie sabe que esa mujer fodonga hizo
su trabajo, atendió a los niños, hizo los quehaceres del hogar, lavó ropa e
hizo de comer, y entre todo ello no se dio tiempo para ella.
Para mí el home office es una excelente herramienta
para las mamás trabajadoras, el reto está en realizarlo de tal forma que no
termines total y absolutamente agotada.
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