martes, 9 de diciembre de 2014

Lo que nadie te dice sobre la lactancia

Por Claudia Castro




No hay una imagen más emotiva que una madre amamantando a su bebé, pero no hay nada más alejado a esa paz y ternura que esa primera vez en la que la enfermera te lleva a tu hijo y tú te quedas con cara de ¿y ahora qué?

Leí muchas cosas sobre la lactancia mientras esperaba la llegada de Mateo, pero en realidad nunca leí nada sobre los retos que representan esta etapa:

¡Duele!

Yo me pregunto ¿cómo es que nadie me dijo lo mucho que dolía? Quienes ya han sido mamás, deberían terapearnos a las primerizas y decirnos que es uno de los mayores dolores que uno enfrenta cuando te acabas de convertir en mamá.

Recuerdo que cada vez que le iba a dar de comer a Mateo, sufría, me daba hasta pavor acercármelo por lo mucho que me iba a doler. No solo por la propia succión, sino además por los entuertos, que son esas contracciones del útero que se presentan cuando el bebé succiona el pezón.

Además, cada vez que se llenan los senos por la producción de la leche, duelen, se sienten hinchados y se presentan síntomas como de resfriado y cuerpo cortado; y ¡no se diga si se llegan a tapar ciertos conductos produciendo mastitis! 

Constancia

Pareciera que en cuanto nace el bebé por arte de magia tendremos leche y al menos en mi caso, la bajada de la leche no fue inmediata y mucho tuvo qué ver el que fuera cesárea. Por eso yo creo que antes de tirar la toalla y decir, “no tuve leche” lo importante es ser constante y ponértelo cada vez que tenga hambre aunque después tengas que completarlo con fórmula. Aunque tú creas que casi no te sale leche, recuerda que el recién nacido necesita muy poquito para llenar su pancita.

Toma mucha agua y come ensaladas y fruta. Yo comprobé lo que me decía la doctora: no se necesitan atoles, ni nada de esas cosas que sólo engordan para tener leche.

Presión social

Es típico que además de ir a conocer a tu bebé recién llegado del hospital, la suegra, las tías y las amigas te salgan con la pregunta ¿y le estás dando pecho? No te sientas mal de decir que todavía no tienes la suficiente leche como para llenarlo. La mayoría pasamos por eso. 

Que esa no sea una razón suficiente para darte por vencida. Puedes decir, apenas me está bajando pero por ello me pongo a mi bebé tan seguido como él quiere. Y de verdad, esa es la clave.

Además practica el apego, las duchas con agua caliente, los masajes y te sorprenderás cómo incluso te comenzará a salir leche un par de minutos antes de que tu bebé llore porque tiene hambre.

Pero si a pesar de eso, pasan los días y las semanas y no tuviste suficiente leche, no te sientas culpable de eso, ni te compares con otras mamás. Esa no es una condición que te haga ser una mejor o peor mamá.

Tranquila

A pesar de los dolores, de que llegues a presentar incluso mastitis, de los entuertos o de que incluso no tuvieras la suficiente leche y tuvieras que completar la alimentación con fórmula, nada como dejarte sorprender con las maravillas de la naturaleza y la lactancia es una de ellas.

Todo pasa y más pronto que tarde, tu bebé y tú habrán encontrado la postura correcta y cómoda para no padecer los terribles dolores por amamantar. Tus pezones se habrán acostumbrado y las llagas serán algo que no tendrás que seguir sufriendo. Cuando menos te lo imagines, no podrás evitar dejar salir algunas lágrimas completamente conmovida por ver a tu bebé alimentándose de ti.

Y ustedes, ¿qué otras cosas descubrieron con la lactancia?



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