viernes, 24 de octubre de 2014

Mi mejor decisión

Por Ana Luisa Huerta*




Convertirme en mamá ha sido la mejor decisión de mi vida.

Decidí que era hora de tener un bebé pero nunca imagine que mi vida cambiaría de esta manera.

Hoy corro todo el día como loca, como a medias, duermo a medias, pero cuando estoy con mis bebés me doy cuenta lo que realmente importa de la vida.

Desde siempre pensé que quería tener dos hijos en un periodo de tiempo corto con la finalidad de que entre ellos la pequeña diferencia de edad les ayude a estar juntos siempre y compartir los mismos gustos.

Aprendí que hay que esforzarse por dar lo mejor a los hijos, pero también hay que continuar con nuestra vida junto a ellos. Ellos llegan a tu vida, la complementan, pero tu rutina continúa.

Hoy sigo trabajando y ellos en la guardería. El que tengamos cada quien nuestro espacio nos ayuda a que cuando estamos juntos aprovechemos al máximo el tiempo.

Desde que Ana Sofí nació todos los días me enseña cosas diferentes. Me ha enseñado el amor incondicional y he aprendido desde cómo cambiar un pañal hasta cómo cuidar una enfermedad.

Su inocencia me ha hecho recordar lo que yo fui y valorar lo que mi madre hizo por mí.

Iker me ha enseñado que los valores de un hombre vienen desde la casa. Y así, me encanta la idea de pensar que debo esforzarme por formar a dos personas con principios pero sobre todo con sueños y anhelos.

Hoy me encanta mi rutina, a pesar de ser muy cansada, me encanta mi trabajo, estar con mis hijos, atenderlos, porque aún dependen completamente de mí.

Sé que desde el primer momento ya soy mamá y eso seré siempre, pero ellos no serán bebés toda la vida y quiero aprovecharlos al máximo.


*Mercadóloga y mamá. A mis 33 años tengo dos hermosos pequeños que llegaron a darle un nuevo sentido a mi vida: Ana Sofía de 2 años e Iker de 4 meses.

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