martes, 4 de noviembre de 2014

El ejercicio en los niños

Por Claudia Castro



Resulta que no soy la más activa, ni me encanta el ejercicio. 

Entre semana trato de comer sano y soy fan de las ensaladas, los jugos, la fruta y las verduras, aunque tampoco les niego que los fines de semana si me puedo dar unos atracones de tacos, no le hago el feo a unas quesadillas, ni a una gordita de chicharrón.

Y así he venido muy campante por la vida, poco preocupada por hacer ejercicio y quizá recurría a él no por hábito, sino para bajar de peso, y la verdad es que haciendo un poco de caminadora o escaladora lo conseguía, ¡Claro, antes, porque con el paso de los años, el cuerpo y el metabolismo no responden igual!

De niña las cosas eran distintas. Llegué a jugar muchas veces con mis primos en la calle, andaba en bicicleta, en patines, jugábamos “stop”, “las traes”, “avioncito”, “resorte”, brincábamos la cuerda. 

Pero los tiempos han cambiado y no quiero verme como viejita por expresarlo así. 

Es simplemente que si ahora llevamos una vida sedentaria cuando de niños salimos a jugar y andábamos correteándonos con la cabeza sudorosa, no sé qué les espera a nuestros hijos si hoy sus juegos son frente a la televisión y basta un Ipad en las manos para tener horas de entretenimiento.

Ahí les van unos datos para que nos caiga el veinte:

- De acuerdo con el Dr. John Duperly, especialista de la Universidad de Rosario en Colombia, hacer ejercicio con regularidad puede incrementar hasta 10 años la expectativa de vida, además de que reduce hasta en un 50 por ciento la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas, según lo demuestra la evidencia científica recopilada por distintos especialistas.

- En América Latina se podrían evitar cerca de 690,000 muertes por año con políticas públicas que incorporen la actividad física en la vida de los ciudadanos

- La falta de actividad física representa un mayor riesgo de muerte prematura, incluso que el sobrepeso y la obesidad.

- Entre el 6 y el 10 por ciento de la ocurrencia de casos de enfermedades crónicas tienen su origen en la falta de ejercicio, y es que de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, al menos 31% de la población mundial no realiza el mínimo de actividad física necesaria para conservar una buena salud, es decir al menos 30 minutos de actividad moderada por 5 días a la semana.

- Según la aseguradora GNP, 3 hábitos podían reducir considerablemente el riesgo de padecer enfermedades mortales como lo son la diabetes, cáncer (de cualquier tipo) e infartos: comer sano, hacer ejercicio y dejar de fumar.

Como papás, si queremos estar sanos para nuestros hijos, disfrutar con ellos mucho tiempo, correr, cargarlos, jugar sin terminar sofocados y sin aire, necesitamos cuidarnos y ¡hacerlo desde ya!

Pero si además, queremos inculcarles buenos hábitos a nuestros hijos como estos 3 que acabo de comentarles, pues tenemos que predicar con el ejemplo, no hay de otra.

Yo no puedo decirle a Mateo, “hijo, es muy importante que hagas ejercicio para mantenerte activo y estar sano”, mientras estoy sentada frente a la televisión comiéndome unas papas fritas. ¡Sería el colmo!

Si quiero que le guste hacer ejercicio, tiene que verme hacerlo, encontrar la manera de que lo disfrutemos juntos y convertirlo en un hábito desde ahora que es pequeño.

Y en ese sentido el reto lo tenemos los adultos y somos nosotros quienes tenemos que cambiarnos el chip. 

Quizá si antes no hacía ejercicio porque no me gustaba o porque no lo necesitaba, no le encontraba sentido o lo que fuera, justo estoy en ese proceso de encontrar cosas que me motiven y que pueda disfrutar con Mateo. 

Así que ahora salimos por las tardes a caminar o andar en bicicleta con todo y mis perros y la siguiente semana iniciaremos con sus clases de natación, por algo se empieza, ¿no creen?

¿Y ustedes, qué están haciendo por inculcarles el ejercicio a sus hijos?  

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