miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿Mamá o profesionista exitosa?

Por Merle Guadarrama 


Les dejo una foto cuando Alonso me visitó en la oficina. 


Algo que realmente siempre me ha apasionado es trabajar, ser una mujer independiente y productiva, lograr mis objetivos profesionales y, sobre todo, destacar en las labores que considero soy buena. 

Debo confesar que cuando me embaracé el primer tema que me provocó angustia fue el laboral y es que justo estaba en un momento de crecimiento y reconocimiento alto. Había hecho mucho para lograr llegar a ese puesto y me frustró un poco pensar que lo tenía que dejar por lo delicado de mi embarazo. 

Fue un choque emocional, sin duda. Éste fue pasando poco a poco pues la atención la robó evidentemente el bebé y el momento que me tocaba vivir. 

Trabajé mucho el hecho de que mi labor ahora era cuidar de mi hijo y de mí. Lo que siempre tuve claro fue incorporarme a la vida laboral después de la lactancia y afortunadamente todo se me ha ido dando como lo pensé.

Cuando me propusieron hablar de este tema me encantó y me ilusionó mucho porque créanme para mí el bebé y comenzar a trabajar han sido golpes (en buen sentido de la palabra) que me han hecho abrir los ojos y creer en que tienes una finalidad en la vida y que Dios te va poniendo en el camino lo que debes tener, justo en el momento indicado. 

Después de tener a mi bebé y pasar la lactancia (más o menos por diciembre del año pasado), vi un anuncio en las redes sociales que solicitaban Directora de PR en la empresa en la que actualmente laboro. De inmediato envié mi CV y supe que ese trabajo era para mí, era de un buen horario y justo el cambio que quería en mi vida y que se adaptara fácil a mi nueva etapa. 

El primer problema al que me enfrenté en el tema “mamá profesionista”, fue el dejar a mi bebé para acudir a la entrevista, mi mamá –mi gran apoyo- me ayudó a cuidarlo y rayada llegué. Recuerdo que me fue muy bien, hice una llamada y lloré, me parecía increíble que me estuviera pasando lo que idealicé un día. Que todo se me fuera alineando y que poco a poco mi vida fura tomando forma, todo el camino hacia casa lloré de alegría, emoción, y  de sorpresa. 

Lo primero que hice al abrir la puerta de casa fue darle un beso y un abrazo a mi Alonso, a mi bello hijo y le dije: “Amor, quiero que estés orgullosa de mí, siempre lucharé por ser la mejor para ti. Ese trabajo será nuestro”.

Dos semanas después me llamaron y me dieron la noticia de que estaba contratada y que iniciaba el 6 de enero, sabía que no sería fácil pero fui la mujer profesionista más feliz porque comenzaba de nuevo mi camino de sobresalir y crecer en una de mis pasiones y a la par Alonso me vería contenta, activa, fuerte e indepeniente para que él, para que los dos y la familia tengamos algo mejor. 

Ahora, mis días inician desde las 6 am y terminan a las 12 o 1 de la mañana del otro, ahora mi tiempo libre es mi trabajo de 9 a 4 de la tarde y mi gran labor es de 24 horas a lado de mi hijo. 

Ser una mujer profesionista y a la vez mamá no está peleado, sólo hay que saber organizarnos y no descuidar ninguna parte, es un equilibrio que logre hacerte feliz. Es un trabajo en equipo y es de mucha paciencia pero sin duda mis dos pasiones ahora se fusionan y me pregunto algo que seguramente varias de ustedes también lo hacen: ¿Qué hacía antes con tanto tiempo libre? 


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