martes, 11 de noviembre de 2014

Los niños y las mascotas

Por Claudia Castro

"El perro le enseña al niño la fidelidad, la perseverancia…y a dar tres vueltas antes de acostarse”
Robert Charles Benchey, humorista norteamericano (1889-1945)






Si algo me hace muy, pero muy feliz en la vida, es ver a Mateo jugar con mis perros. 

Y si bien es algo que disfruto mucho ahora, he pasado por momentos de estrés y de mucho trabajo desde el momento en que supe que estaba embarazada.

Siempre que platico que tengo 3 perros en casa, me gusta ver la cara de asombro y sorpresa de las personas. ¡Hay quien ni siquiera se atreve a tener uno y yo digo que tengo 3 con tanta naturalidad!

Siento que Canelo, Laika y Spuky me acercaron mucho a la maternidad desde antes de que fuera mamá de Mateo. Me enseñaron a ser responsable con alguien que dependía 100% de mí. He estado con ellos lo mismo divirtiéndonos en el parque, acostados en la cama viendo una película, que en el hospital cuando me dijeron que Spuky tenía pocas posibilidades de vencer al parásito que traía en la barriga y vi nacer a los cachorros del Canelo y la Laika.

Tengo una conexión muy fuerte con ellos, los quiero y me quieren, y puedo presumir que lo hacen como a nadie más en casa. Prácticamente para ellos soy lo único que tienen. Quizá sólo quienes tienen mascotas y los aman tan profundamente como yo a los míos, podrán entender que los veo como si fueran mis “hijos” perrunos.

Cuando me embaracé no faltaba quién me decía, y ahora ¿qué vas a hacer con tus perros?.... Me parecía una pregunta tan absurda. ¿De verdad esperaban que les dijera, pues ¡echarlos a la calle!? 

Mi esposo y yo decidimos tenerlos y no fue en “vía de mientras” llegaban los hijos. Fue asumir esa responsabilidad hasta el último día de sus vidas o de las nuestras. Así lo vimos cuando llegó cada uno de ellos. 

Pero no puedo negarles que recibí muchos comentarios que llegué a estresarme sobre cómo resolvería este asunto. Así que puse manos a la obra y llevé a cabo estos tips:

Para la llegada del bebé

1. Quedaron súper limpios, con las vacunas al día y desparasitados desde días antes de que naciera Mateo.
2. Les hablé mucho sobre la llegada de “mi cachorro”. Seguro lo entendían porque incluso desde que estaba en la panza, se recostaban en ella y alzaban las orejas cuando lo escuchaban o lo sentían.
3. Desde el primer día les presenté a Mateo. Dejé que se acercaran, lo olisquearan y lo reconocieran.

Retos

Si tener un bebé en casa no es fácil, créanme que con 3 perros, ¡menos! 

No falta que cuando por fin se durmió, alguno ladra y lo despierta. Que quiera probar sus croquetas o quiera estar metiendo las manos al bebedero de los perros.

Pero también juegan. Mateo se divierte mucho con ellos y creo que intentar perseguirlos le ayudó mucho para comenzar a gatear a los 6 meses. El tema de establecer límites tanto con el perro, como con el niño es esencial para la sana convivencia y el respeto, y ese es el mayor reto al que me he enfrentado.

1. Los niños juegan brusco, así que hay que enseñarles a respetar a las mascotas, que son seres vivos que sienten y les duelen los jalones de orejas o de cola.
2. El perro resiente la pérdida de atención con la llegada de un bebé, así que hay que dedicarles momentos de cariños, procurar sus paseos diarios u otro tiempo dedicado a ellos del que ahora el nuevo integrante puede formar parte.

Beneficios

Según los expertos, entre los beneficios para los niños de tener una mascota en casa, están:

1. Disminuye el estrés, lo que ayuda a que sean  niños menos agresivos.
2. Mejora la autoestima y el bienestar psicológico, pues se sienten muy queridos por su mascota y, al cumplir con la obligación de alimentarlos, limpiarlos y cuidar de ellos, estamos creando en su interior una sensación de utilidad y motivación muy positivas.
3. Exige un incremento en la actividad física, hecho de relevada importancia, dado el sedentarismo que hoy en día padecen nuestros hijos.
4. Acelera el desarrollo psicomotor a través del juego, el ejercicio, la persecución, las risas, etc.
5. Desarrollan el valor de la responsabilidad.

Ahora, ¡ojo! Si no tienen una mascota, y les gustaría tener una, yo sólo les recomendaría considerar la edad del niño. Tanto niño como mascota demandan atención y eso significa mucho trabajo, así que si como mamás (que somos las que finalmente llevamos la carga más pesada del orden y la limpieza en casa) no están dispuestas a ello, ni ilusionen a sus hijos porque lo peor es el tema de los animales abandonados y encima, que como papás demos un ejemplo de ese tipo a nuestros hijos.

Así que si caminando por la calle se encuentran a una mamá con su chamaco en la carreola y 3 schnauzer a los lados, ¡esa soy yo!

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