lunes, 24 de noviembre de 2014

Llegó la hora de gatear

Por Claudia Castro




A los 6 meses Mateo había comenzado a gatear. Motivado en gran medida por mis perros: siempre quiere alcanzarlos y se ataca de la risa cada que los otros logran escapársele. Así que estos juegos fueron el detonante principal para poner a prueba sus habilidades motoras.

He leído que la edad en la que los niños empiezan a gatear es entre los 6 y los 10 meses, pero evidentemente entre más cuenten con factores externos que los estimulen, a más temprana edad lograrán desplazarse por sí mismos.

Sin embargo, si me parece súper básico insistirles en que cada niño tiene sus tiempos y uno como papá tiene que respetarlos. Es algo indispensable para que pueda desarrollar la confianza en sí mismo.

Así que si su bebé no ha empezado a gatear,  les dejo algunas consideraciones:

1. Los bebés empiezan a gatear cuando han adquirido la suficiente fuerza en su cuellito, cabeza, brazos y piernas, como para comenzar a desplazarse. Algunos bebés comienzan por moverse sentados o gateando hacia atrás.

2. Hay bebés que se saltan la fase del gateo y pasan directamente a la de caminar. Esto ocurre principalmente porque pasaron poco tiempo boca abajo como para practicar el ponerse en “cuatro patas”.

3. Lo peor que pueden hacer durante este periodo (como en todos) es comparar. ¡Olvídense que si los amiguitos de su hijo comenzaron antes a gatear y ya hasta caminan! Debemos tener claro que cada uno tiene su tiempo y respetarlos en ese sentido es permitirles madurar cada etapa promoviendo un desarrollo sano y feliz.

Ahora, como mamás y papás en general, si hay algunas cosas que podemos hacer para motivarlos.

1. Ponerlo con la pancita abajo le ayudará a ir ganando fuerza en la espalda y el cuellito. Si bien esta postura se nos dice que evitemos por la muerte de cuna, despierto y bajo nuestra supervisión, podemos ponerlos por ratitos boca abajo.

2. Hay juguetes que se desplazan, incluso con musiquita, para que los bebés busquen alcanzarlos. Son una excelente opción para este momento. Podemos ponerles almohadas en el suelo a manera de obstáculos y de protección.

3. Los niños todo aprenden con el ejemplo. Así que mamás y papás, ¡a gatear! Verán cómo se divierten junto a sus bebés con este ejercicio y ellos aprenderán sólo con verlos. Pueden jugar a perseguirse, a las carreritas…

4. Los tapetes de fomi son ideales para este momento y eso sí, a quitar de su alcance todas las cosas que puedan representar un peligro.

A pesar de que cada uno tiene su ritmo para desarrollarse, si no notas ningún interés en moverse, ya sea arrastrándose, apoyándose en los antebrazos, rodándose o impulsándose, lo mejor es que consultes con tu pediatra.

Y si ya está gateando, no desesperes por verlo caminar. Cuando menos te lo esperes, ¡no sólo caminará sino que a ti te pondrá a correr!






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